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En abril de 2023, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) y la Oficina Biden establecieron nuevos y ambiciosos objetivos de reducción de carbono. Como parte de la propuesta, la industria automotriz deberá compendiar todas las emisiones de los vehículos en un 56 % para 2032. Obtener este objetivo requerirá un fuerza aún maduro y la asimilación de vehículos eléctricos (EV).
Hasta la época, Reuters afirma que la industria estadounidense ha invertido más de US$1 billón en tecnologías de electrificación automotriz. Sin requisa, el observación de la asociación comercial y el especie de presión Alliance for Automotive Innovation destacó que la infraestructura de cargadores de vehículos eléctricos sigue siendo muy desigual en todo el país. A partir de 2022, la mayoría de los puntos de carga se encuentran en la costa este y oeste, con varios “desiertos de carga” en el Medio Oeste.
En su referencia Construyendo la infraestructura de carga de vehículos eléctricos que América necesita, McKinsey & Co afirmó que aproximadamente el 50 % de los clientes potenciales de vehículos eléctricos en los EE. UU. continúan mencionando los problemas de carga como una de sus principales preocupaciones antaño de la transacción. “No es exagerado afirmar que la red limitada de estaciones de carga de la nación probablemente desaliente a muchos posibles compradores”, dijo. Por lo tanto, concentrarse en construir una red integral podría ser la secreto para resolver los desafíos regulatorios y comerciales de la industria estadounidense.
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