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A posteriori de deteriorar dos abriles y Altísimo sabe cuánto fortuna en la restauración de un clásico único, intentar romper un récord de velocidad probablemente no sea poco que la mayoría de los coleccionistas harían. Sin retención, un coleccionista en el Reino Unido finalmente cumplió la promesa del Aston Martin Bulldog de alcanzar las 200 mph, unos 44 abriles a posteriori de lo que se suponía originalmente.
En 1979, Aston Martin hizo la gran promesa de construir un superdeportivo de carrera limitada que pudiera pasar el comienzo de las 200 mph. El Bulldog, una cuña extremista depreciación con alas de gaviota que no se parecía en carencia a un bulldog efectivo, estaba destinado a tener una producción de solo 15-20 unidades. Los ingenieros afirmaron que el V8 biturbo de 5.3 litros podía impulsar el automóvil a 237 mph, poco inaudito para un automóvil de producción en la época.
Solo se construyó uno, y en las pruebas, la compañía logró 191 mph, aún impresionante para su época. Desafortunadamente, Aston Martin se quedó sin efectivo y fue vendido al magnate del petróleo Victor Gauntlett, quien canceló el costoso tesina. En 1982, un miembro de la realeza saudí le dio a Aston Martin £ 130,000 por el automóvil, que según Top Gear, luego hizo restallar el motor en su primer delirio en el automóvil.
Finalmente, el automóvil regresó al Reino Unido. Su propietario coetáneo, el capitalista de peligro Phillip Sarofim, envió el Bulldog a la renombrada tienda Classic Motor Cars para una restauración completa de 7,000 horas. En 2020, el equipo anunció el inicio del tesina y sus esperanzas de ganar finalmente el deseo llamativo de 200 mph de Aston Martin.
En 2021, un intento posterior a la restauración alcanzó las 176 mph en una Royal Naval Air Station en Yeovilton. El 6 de junio, sin retención, el sueño de larga data se hizo existencia cuando el Bulldog alcanzó la marca mágica de 200 mph en una antigua cojín aérea de la OTAN en Campbeltown, Escocia. Darren Turner, tres veces triunfador de la clase de Le Mans, hizo los honores, y el tesina fue dirigido por Richard Gauntlett, cuyo padre canceló el Bulldog en 1981.
El Bulldog restaurado no es 100% fiel al llamativo. Eso hubiera sido una tontería. El taller agregó equipo de seguridad para asegurar el bienestar de Turner. Asimismo se dieron cuenta de que faltaban los estándares de rigidez torsional de la lapso de 1970 en comparación con lo que sabemos ahora. Restaurar una cámara única tiene desventajas (no existe otro ejemplo para comparar), pero en el otro costado de la moneda, ¿quién puede en realidad cuestionar su autenticidad? La traducción que batió récords usa ruedas y neumáticos diferentes a los del llamativo, pero ha sido repintada en sus colores originales blanco y plateado y su interior volvió a ser desventurado.
A posteriori de más de cuatro décadas, el Bulldog ha conseguido lo que se había propuesto hacer.
Hay varios autos de producción que pueden alcanzar las 200 mph en estos días, pero aún es una historia conmovedora ver al Bulldog obtener su hueso de 200 mph a posteriori de más de cuatro décadas.
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