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Aquí es donde la idea precursor de “Acura v. Integra” toma forma, por más tonta que parezca. Hay dos preajustes en nuestras cabezas para un delirio agradable, frío pero enérgico en los cañones de Colorado. Está Acura como marca: la lujosa MDX 2005 de mamá con gomitas de Welch luego de la actos: la excelente serie de cruceros de boato asequibles de la compañía que se pasan por parada constantemente, y su reputación de calidad y confiabilidad similar a la de Honda.
Luego, está la idea de “Integra”, poco que la marca nunca abandonó: autos deportivos, sólidos, dinámicos y divertidos que en realidad puedes poseer, conducir, perseverar y usar. El RSX y el TSX Type S personifican esto, y el Integra trae la idea de “Integra” al 2023. Y lo hace muy aceptablemente.
Comencemos con la dirección. Una buena dirección te dice cómo se siente el camino, qué están haciendo los neumáticos y cuándo perderás agarre antaño de que tu trasero te diga lo mismo. El estante de Teggy marca todas estas casillas: nos gusta en el modo Individual seleccionable con dirección “Confort” combinada con el acelerador en “Sport” y la suspensión en “Frecuente”.
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