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POMONA, Calif. — Desde la perspectiva de una persona ajena, sería realizable suponer que el Grand National Roadster Show siempre ha sido una institución del sur de California. A posteriori de todo, celebra la diversa civilización automovilística de posguerra de la región: hot rods, trineos de plomo, lowriders y más. Sin requisa, el espectáculo tuvo sus raíces en NorCal en 1950 cuando Al Slonaker y su club de hot rod mostraron sus autos personalizados en la Expo de Oakland.
El GNRS se mudó a Pomona, California, en 2004. Para entonces, había crecido exponencialmente y había gastado aparecer y desaparecer una docena más de tendencias de personalización de automóviles. Sin requisa, el espectáculo y su premio central, el premio America’s Most Beautiful Roadster, celebran lo que quizás sea la primera de esas tendencias: el hot rod estadounidense en su forma más pura.
Hoy, en su 73.° año, la GNRS es la exhibición de autos bajo techo más antigua de Estados Unidos. Anualmente recibe entre 500 y 800 autos, reunidos en temas especiales como Tri-Five Chevys o Volkswagen Bugs. En la exhibición de este año, que fue el fin de semana pasado, se dedicó una sala particular a las camionetas pickup fabricadas entre 1948 y 1998, incluidas las minicamionetas, las maravillosas conversiones de cama para casas rodantes y las restauraciones modificadas.
Sin requisa, de todos los vehículos presentados, solo nueve son elegibles para el premio America’s Most Beautiful Roadster. Los ganadores obtienen sus nombres grabados en un trofeo perpetuo de 9 pies de valor que, según The Ultimate Hot Rod Dictionary, era el más ilustre del mundo cuando debutó en 1950. Slonaker eligió la palabra “roadster” inicialmente porque “hot rod” tenía connotaciones proscritas tenuemente negativas en 1950. Solo los automóviles estadounidenses construidos antiguamente de 1937 con ciertos estilos de carrocería (roadsters, camionetas roadster, faetones, turismos) son elegibles y no pueden tener ventanas laterales enrollables. Los autos que compiten por la copa no se pueden acaecer mostrado en ningún otro oficio antiguamente de su estreno en el GNRS.
Los concursantes de este galardón esencialmente construyen sus autos según el ideal platónico de un hot rod. Este año los honores fueron para Jack Chisenhall de San Antonio, Texas, por su “Champ Deuce”, un Ford Roadster de 1932. Es exactamente lo que te imaginas cuando piensas en un hot rod, pero destilado hasta su esencia absoluta.
Otros destacados incluyeron “Green Eyes”, un Chevy El Camino verde de dos tonos de 1959 con una caja muy revestida de escamas de metal, “Blue Monday”, un Buick Riviera lowrider de 1964, y un preferido personal, “Purple Reign”, un transporte morado y aciago. 1951 Mercurio.
Los autos pueden acaecer comenzado como herramientas, pero no hay espectáculos como este llenos de refrigeradores personalizados. La gran variedad de estilos que se vieron en el GNRS sirvió como un recordatorio de lo variada y hermosa que puede ser la civilización del automóvil.
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